martes, 20 de enero de 2015

Recuerdos

Recuerdos

Fandom: The Gazette
Mayores de 16 años por escenas de sexo y homoerotismo 
Originalmente publicado en Amor Yaoi el 29/02/2009
Oneshot

Resumen: De noche se pueden pensar muchas cosas y sin nada mejor que hacer, dejo vagar mi mente hasta aquel recuerdo de esos primeros encuentros.


De vez en cuando me ataca el insomnio. 
Sin razón alguna, me despierto durante la noche y volver a conciliar el sueño se hace imposible. Con los sentidos alterados, el tic tac del reloj puede volverme loco, sin embargo girar y encontrarme con tu expresión puede sedarme un poco. Sonrió al verte boca abajo, abrazando la almohada, la cara girada hacia un lado con la boca abierta y los cabellos revueltos.

Se que podría despertarte y hablaríamos. Me acariciarías suavemente buscando darme sosiego para que vuelva a dormir entre tus brazos, o algo más.

Pensando, solo pensando, mientras los minutos pasan como si duraran más de 60 segundos yo sigo observándote así de vulnerable y auténtico, escuchando tu respiración lenta y pausada, como única muestra de que estás vivo y no te estoy soñando. Nada de onírico puedes tener, cuando sueltas uno que otro ronquido y rompes toda la imagen angelical que mi mente, ha formado de ti mientras veo con envidia como duermes plácidamente.

No puedo molestarte. Con un desvelado es suficiente, mañana hay trabajo.
Me levanto con pesar de la cama, hago a un lado las sabanas y camino a la sala haciendo el menos ruido posible con mis pasos.

Ya en el sillón, frente a la ventana miro las luces de la ciudad, nuestro cielo artificial que poco permite ver del real. Dejo que mi mente divague, como si realmente pudiera salirme de mi mismo.

A lo lejos, puedo escuchar los gruñidos que haces dormido…

¿Cómo puedo estar contigo? 

Me pregunto y rio de la pregunta porque en realidad quiero decir 

¿Cómo puedes estar conmigo?

Una vez te hice esa pregunta y solo contestaste: No lo se, dejando ver esa sonrisa tuya que tanto me hace enfadar. No la que hace que el mundo se borre de golpe. La otra. La que me da la impresión de que te burlas de mí, que guardas un secreto que no me piensas decir. Esa que haces cuando digo una verdadera tontería, de las que no son para hacerte reír, ni para hacerte olvidar algún enojo. Me desesperas, me chocas. Si no estuviera seguro de que te amo profundamente te odiaría con igual fuerza…

¿Te he dicho eso en algún momento? Creo que no…
Si lo hiciera seguro me contestarías: 

Mientras no te sea indiferente, por mí está bien.

Yo buscaba aprovecharme o burlarme de ti pero ahora, en esta madrugada después de… muchos años... Tantos, que ya no me importa contarlos, compartimos gastos, casa, cama, tiempo, preocupaciones; a veces zapatos o ropa, secretos, aire, alientos, gritos, jadeos, gemidos, orgasmos…
¡Por favor, despiértame y agárrame por sorpresa ahora mismo!



Si leyeras la mente, en este momento harías de mí lo que quisieras.

...

Volteo hacia la habitación para ver si mis gritos mentales están en tu misma frecuencia, pero no es así. Estoy vulnerable. Es la falta de sueño y el pensar demasiado…

Blanco.

Cuando veo algo de color blanco lo relaciono contigo inmediatamente. Con tu piel. Con mi mente en aquella primera vez que tuvimos.

Rompiste todos mis esquemas. Aún ahora lo sigues haciendo.

¿Quién habló primero?

Yo.

No. Fuiste tú, pero yo te ví primero. 

Entrabas en aquel lugar, fue imposible no notarte, me pareciste un pelmazo, arrogante y superficial, con tu ropa extravagante y tu seguridad. Fuerte primera impresión para ser un total desconocido parado en el umbral de un bar...
En ese momento estaba asqueado de todo, del aire en el lugar, de que no pudiera dejar de fumar, ni de sentirme menos que la tierra en los zapatos. Eso, estaba harto de mi y ese día me había dado cuenta.

Tan ensimismado me encontraba en mi pateticos pensamientos, que no sentí cuando te acercaste con sonrisa de galán de telenovela ¿Cómo evite reirme en tu cara? No lo se. Me invitaste un trago y no hizo falta sumar dos mas dos, era usual pasar una situación así..., seguramente me habías confundido con una linda chica sola en un bar, como barco a la deriva. La presa ideal.

¿Cómo culparte? Si mi propia madre finge que soy su linda princesita.
El cabello demasiado largo y suave a la vista como para considerarse varonil, complexión delgada, facciones finas, las manos delgadas a primera impresión, pantalones, camisa y una abrigo encima, que solo me hace ver más delicado aún.

Daba igual si te equivocabas, nunca me perdería la oportunidad de tragos gratis. Te sonreí con sencillez y lo tomaste como un sí. Muy educado, hasta las gracias le diste al cantinero que nos vio con reserva, seguro se dio cuenta de tu error pero solo hizo su trabajo...

Nada...

¡No decías nada! Esperaba alguna frase hecha, algun comentario simplista (quizá del clima), algún cursi halago o aún peor, una propuesta hecha a lo bestia...

Sentado a mi lado, bebias con una tranquilidad ridícula (tomando en cuenta el ambiente del lugar), y de vez en cuando volteabas a verme sonríendo.
Me estabas poniendo nervioso...

Aún ahora me pones nervioso cuando te ries solo sin dar ninguna expliación... pero en ese momento no conocía tus ratos autistas...

Llegó un momento en el que me tranquilicé y hasta se convirtió en una situación cómoda. Sin notarlo comenzé a reirme sin razón alguna y a estar mas relajado. Olvidé todo lo que estaba agobiandome antes y tambien que estabas ahí. Era como estar flotando en un punto, donde nada podía dañarme. Respiré profundamente y dejé salir todo el aire de golpe con alivio.

Gracias

Inclinaste la cabeza restandole importancia al tiempo que pedías otra ronda...
El efecto sedante que tienes en mí fue desde el comienzo...


Luz.

En el edificio de enfrente hay un departamento con la luz encendida. No soy el único despierto a deshoras. No es que sea entrometido, pero entre el mar de ventanas oscuras, la que tiene luz, resalta y jala la vista como un grano en la cara.

Está la silueta de dos personas bailando. Exentricos. ¿Quíen baila a esas horas? ¿Porque no se van a un club o algo?

Y comienzo a sumirme de nuevo en los recuerdos...

¿Cuándo cambié de opinion sobre ti?

Dos completos extraños sentados lado a lado sin decir gran cosa. Al menos así lo recuerdo.  Hasta que el cantinero del otro turno llegó y preguntó frente a mí si la señorita quería otra copa.

Cuando le iba a soltar un pierdete, te adelantaste

¿No te parece una broma de mal gusto?

Ambos – el cantinero y yo – te vimos con cara de incredulidad.

¿Disculpe?

¿Cuál señorita? Vamos, claramente es un hombre. Uno con una belleza poco común, hasta extraordinaria, pero hombre al fin y al cabo.
Creo que habla de mí dije timidamente. Sigo sin saber porque lo dije, pero lo dije. Y ahora eras tú el que me veía confundido. El cantinero aprovechó y desapareció. Mientras todo tu comportamiento cambiaba.

¿De tí? Entonces me he confundido. Siento la molestia.

Te levantaste para irte.

Viendo todo en retrospectiva, el seguirte afuera fue como de pelicula antigua. Sumando que llovía y que mientras yo me empapaba viendo que rumbo habías tomado, pero estabas a un lado de la puerta luchando por sacar el paraguas de su funda y yo no te había visto por la misma prisa de encontrarte hasta que di la vuelta para volver a entrar.

Todavía haces esa expresión de triunfo cuando logras hasta la más pequeña hazaña, como sacár el paraguas de su funda.  Te brillan los ojos como niño pequeño frente a los regalos de navidad, esa mezcla de alegría y satisfacción, que se borró al notarme.

Vaya giros que da el destino... De algún modo logré que me dejaras hablar, de aclarar las cosas.  ¿Por que de pronto me importabas tanto? Nunca lo sabré. O no quiero analizarlo...

Si la vista no me engaña, en el mismo departamento de la luz prendida, las cosas se están poniendo mas interesantes... y siguen con la luz prendida...

No apagues la luz, quiero verte.

Hiciste que desabotonar una camisa, fuera la situación mas erótica de toda mi vida y el tacto de tus dedos por mi piel al fin libre, era como estática que se expandía en todo mi cuerpo. Me besabas poco a poco, querías provocarme y lo estabas logrando, comenzaba a impacientarme y a diferencia de tu lentitud yo estaba desvistiendote con rapidez y desesperación. Comenzaste a reir y entrelazando una de tus manos con la mia hiciste que me detuviera. Caminamos a la cama, me guiabas.

Entendí que teníamos todo el tiempo del mundo.

Ahí estabas en todo tu esplendor, sin ninguna prenda que ocultara nada, fue como un descubrimiento. Brillabas, tu piel tan blanca resplandecía y ver como tu estomago subía y bajaba al ritmo de tu respiración era el compas que empezaba a seguir mi propio cuerpo tambien desnudo.

Me acerqué a ti para besarte y abrazarte. A horcajadas sobre tus caderas te besaba con tranquilidad, mientras me acariciabas y comenzabas a ser tú el que comenzaba a desesperarse, la presión que sentía contra mi te delataba y ese fue el mejor afrodisiaco.

Por más que intenté hacerte la agonía mas lenta, comencé a rozar mi propia erección contra la tuya... y aunque moría por probar tu boca, prefería escuchar como tratabas de controlar tu respiración.

Me abrazaste he hiciste mayor el roce de nuestros cuerpos, me besaste con fuerza y ternura, mordisqueabas mis labios mientras yo me hacía camino por tu boca y lograste tomar el control de la situación.
La verdad ,yo te lo permití, era lo que esperaba con ansias.  El corazón me bombeaba con fuerza, sentía que la cabeza me daba vueltas y una felicidad mezclada con un placer tan grandes, que mis sentidos comenzaban a confundir si lo que sentía eran tus manos sobre mi piel, o el registro de las mias a traves de tu cuerpo.

Besarte ya era un sueño, entre la asperesa de tu lengua contra la mía, la calidez y la humedad mas los jadeos ahogados casi lograban que terminara de perder la cabeza... hasta que el camino de tu lengua por mi pecho llegando a mi ombligo hizo que volviera un poco en mi. Paraste para observarme, yo sonreía y agradecía tu idea de no apagar la luz.

Cada detalle de tu cuerpo perlado en sudor lo recuerdo. El cabello alborotado, con algunos cabellos pegados en la frente, la boca semiabierta humedeciendola con tu lengua, hacíendo notar como saboreabas la imagen que tenías de mí: Totalmente sumiso, entregado. Y con tus ojos clavados en mí con ese brillo que todavía me hace sentir escalofríos, dejaste pasear tu mano acariciandome cada vez mas cerca de mi erección, hasta rodearla por completo. Cerre los ojos jadeando y un gemido salió desde lo más profundo de mi garganta cuando sentí el interior de tu boca humeda y caliente.

No se que grite, pero lo hice. Gritaba y apretaba las sabanas con las manos. Ahí si que perdí la cabeza y cuando sentí que casí tocaba el cielo...
Paraste.

¡Te odie! ¿Te insulté? Seguramente lo hice. Y reíste, me calmaste con mas caricias para lo que seguía.

Aquél momento de comunión entre nuestros cuerpos, fue sagrado. Te sentí, vaya que te sentí y creí que moriría. Perdí totalmente la cordura, mi mente divagaba y solo era conciente del ritmo de tu cuerpo y el mío, de los latidos de mi corazón totalmente desbocado, de la serie de explosiones que sentía en el centro de mi cuerpo. Sentimientos y sensaciones me inundaban y solo encontraban alivio en continuar unido a tí, en gritar como si no hubiera mañana.
Hasta que mi mente quedó en blanco y ante mis ojos todos los colores conocidos me cegaban hasta formar una luz brillante. El mundo tembló y el epicentro eramos nosotros.

Que dulce fue despertar a tu lado. Mi amante, mi complice, mi todo.

-Shima ¿Que haces ahí?-

Se ha hecho de día y has despertado.

-¿Aún me amas? - te pregunto mientras me levanto y me paro frente a tí

-¿Me amas tú a mi? - me respondes sonriendo mientras pierdes la somnolencia.

No hace falta contestar, con mis brazos rodeando tu cuello y con tu mano acariciando mi mejilla, solo necesito leer la respuesta en el brillo de tus ojos.

Claro que si.

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Nota:  Lo volví a leer y le haría varios cambios pero preferí dejarlo tal cual lo publiqué originalmente.
Saludos.

Aburridas pero necesarias presentaciones...

Este pequeño lugar en Internet que estoy empezando a crear, es para compartir algunos de los escritos que he hecho en algún momento de mi existencia.

Ya he publicado antes en páginas como Amor Yaoi, y dejé mucho tiempo sin actualizar una historia que ahí di a conocer y a la que le tengo mucho cariño: Otro osito para Reita.  Voy a retomarla y a publicar tan periódicamente como me lo permita el ingenio.

Tal vez en ocasiones sean debrayes, otras dibujos... ya lo iremos descubriendo, espero les guste a quien quiera que le de curiosidad acercarse.

Soy Alutan y espero disfruten leyendo, tanto como yo disfruto escribiendo.

Saludos, 
Alutan.